Oro coloidal/agua de oro
Durante mucho tiempo, la Iglesia consideró a los alquimistas una amenaza. No solo trabajaban en perfeccionar la materia, sino que además aspiraban al crecimiento espiritual y a la inmortalidad. El perfeccionamiento del alma tenía como objetivo alcanzar la iluminación. La Iglesia condenaba esta «competencia con Dios». Por esa razón, la alquimia estuvo prohibida durante mucho tiempo. El conocimiento acerca de cómo transformar los metales inferiores en metales superiores, como la plata y el oro, fue custodiado por los alquimistas como el Santo Grial. Incluso el último gran alquimista, Sir Isaac Newton, buscó en secreto la piedra filosofal para alcanzar la iluminación y ser inmortal. Nunca la encontró. Sí contribuyó indirectamente al descubrimiento de la electrólisis. Ello permitió años después producir oro, plata y platino coloidales, lo cual es una bendición para el alquimista de hoy en día, que añade metales nobles coloidales fácilmente a sus alimentos para rejuvenecer.
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